En el año 2000, el Chocó vivió una ola de protestas que reflejaba la profunda insatisfacción de la población con las condiciones de vida y la falta de infraestructura básica. Las movilizaciones de este año se centraron en demandas concretas como la mejora de las carreteras, el acceso a agua potable y electricidad, y la construcción de escuelas y hospitales. Las comunidades rurales, en particular, se vieron afectadas por la ausencia de servicios esenciales, lo que exacerbaba las condiciones de pobreza y marginación. Los líderes comunitarios, junto con organizaciones no gubernamentales y grupos de base, organizaron marchas y bloqueos de carreteras para llamar la atención sobre estas necesidades urgentes. Estas protestas fueron una muestra de la creciente conciencia cívica de los chocoanos, quienes comprendieron la importancia de la acción colectiva para exigir sus derechos y mejorar sus condiciones de vida. Las movilizaciones del año 2000 marcaron un punto de inflexión en la historia del departamento, reforzando la determinación de la población de luchar por un desarrollo más equitativo y sostenible.